Hace más de una década, el Barcelona dominó todos los aspectos del fútbol, conquistando absolutamente todo.
No solo ganaron títulos, sino que también lo hicieron con un estilo de juego que muchos consideraron el mejor en la historia. Sin embargo, ¿por qué dejaron de ganar? ¿Falta de suerte? ¿Falta de jerarquía?
Esta última pregunta, que distingue al Barcelona de otros clubes con más títulos europeos, se evidenció en Roma y en Anfield. Incluso el propio Guardiola tuvo que adaptarse y aprender a defender en partidos de ida y vuelta en Europa. Parece que el Barcelona es un sueño fácil y a la vez difícil de alcanzar en el Fútbol moderno. Entonces, ¿cuál es el temor de ser más prácticos? No se trata de encerrarse en octavos y defenderse contra equipos como el Leipzig, ni de contratar un entrenador como Mourinho o destruir la esencia del club con alguien ajeno a nuestro entorno.
Se trata de que el Barcelona deje de afirmar que siempre se debe jugar bien para ganar, pero al mismo tiempo, aspire a jugar bien siempre y ganar.