Con esta acción comercial desaparece parte de la cultura de Biscucuy, sus poesías sus cuentos, sus historias y anécdotas.
Hay un viejo dicho que dice:
El dinero no lo es todo en esta vida,
Pero de algo sirve.
Anónimo
Y viene al caso la expresión por cualquier negociación que ofrezca ventajas para el comprador. Siempre y cuando tenga los recursos financieros para finiquitar esta negociación. Y ello ocurrió con la antigua sede de lo que fue El Mercado Municipal de los años 50 y 60 Antes de contar con una nueva sede en la década de los 80 ubicada al final del sector centro de esta ciudad (Biscucuy – Edo. Portuguesa) Edificación creada en terrenos que fueron del señor Humberto Arriaga.
Esta antigua sede que fue asiento del comercio Cárnico y de Víveres por mucho tiempo fue vendida a muchos interesados del sector privado, en el cual intervino el Municipio. Lo cierto del caso es que hubo una última oferta de uno de los propietarios y «Los chinos» del «2008» (Llamados popularmente así por que su supermercado tiene esa denominación) entraron en comunicación directa y se finiquitó el negocio con el vendedor.
En el transcurso de la semana hubo movimiento de tierras, pero a puerta cerrada. Y era por desmantelamiento pues, de las construcciones. Ayer Miercoles (Día del Trabajador) se abrieron las compuertas pero no hubo acceso al periodista para la toma de gráficas.
Y desde luego lo que observamos fueron viejos pilares, la construcción sin techos y un camión al frente introduciendo vigas de largo alcance, se supone que para una reconstrucción total e inmediata.
El impacto cultural de esta nueva obra
La demolición inminente de esta vieja casona nos trae viejos recuerdos, allí estaba el centro de la actividad comercial y alimenticia de la población. Las Carnicerías eran lo mas notable, allí estaban viejos y queridos personajes como : José de la paz Jota , Humberto León y otros más que formaron historia de nuestro pueblo, anexo a esta construcción había una bodega pequeña, cuyo dueño era Don «Lino» Pimentel, quien permaneció allí casi 40 Años. Con su venta de pasteles, guarapo de papelón y otras exquisiteces de la época. Es de destacar que el poeta Simón Olinto Bastidas y otros historiadores se inspiraron, y echaban cuentos y relatos de lo que ocurrió con estos personajes. De Don «Lino» Pimentel podemos decir que su nombre esta sellado en la denominación del nuevo mercado municipal ya mencionado. en fin las tradiciones, poesías relatos y cuentos casi desaparecen con la mandarria que acabó esta construcción en un final de Abril como parte de lo que fue la historia de Biscucuy.
Ante esta acción cambiaria del modernismo por la tradición no queda si no desearles prosperidad y ganancia a los nuevos dueños. Y queda la nostalgia, la tristeza y la historia para contar de lo que fue: El viejo mercado municipal.