El día 23 de mayo de 1955 ocurrió un hecho inesperado como fue la muerte de toda una personalidad del entonces Distrito Sucre como lo fue Don Isaías Briceño quien ocupó altos cargos representativos del sector público y cumplió una trayectoria exitosa en el campo agrícola. Aquí en Biscucuy como un sencillo homenaje la Glorieta de la Plaza Bolívar lleva su nombre.
Se recuerda, que al fallecer al día siguiente el diario El impulso le dió una página de obituarios entre ellos el Concejo Municipal para entonces presidido por Carlos Arriaga y su directiva emitió acuerdo de duelo, también hubo comunicados del Centro Social Unión, la sociedad de Padres y Maestros de la escuela Jaime Cazorla, la prefectura Civil al frente de Don Efraín Dugarte entre otras instituciones. Pero lo que más resaltó fue un artículo del productor de café Juan Bautista Martínez gran amigo del extinto y titulado «ANTE LA MUERTE DE UN JUSTO» del cual estaremos un extracto:
A los 75 años de edad la muerte ha tronchado la voluntad vigorosa y temperamental de Don Isaías Briceño alma piadosa y calcada en todo momento en las más preciadas virtudes ciudadanas. Sin violencia como si emprendidas un viaje feliz hacia las regiones desconocidas con la absoluta convicción de haber sido útil y bueno con una sonrisa de niño grande asomada en los labios donde jamás la violencia ni la rebeldía se asomó para negar la obra de Dios cuyo nombre y mandato fueron eternos, culto de su memoria.
La página de su vida se sale sin riesgo de hipérbole alguna del sitio común de los demás mortales, no porque precisamente se aferre a una santidad engreída sin fundamento alguno. No lo guía sino su limpia ejecutoria, siempre ajena a las conveniencias diáfanas como el agua taumatúrgica del manantial.
Cincuenta años, medio siglo vivió Don Isaías Briceño en BISCUCUY dedicado a la agricultura bajo la Santa advocación de San Isidro Labrador y dentro de su radio de acción humilde como la sombra de un junco.