No sorprende a algunos que se hable ahora de un joven que ha batido todos los récords de precocidad en su país y en el continente. Este talento destaca por su toma de decisiones, comparable a la de un jugador experimentado de 25 años. A su edad, Messi apenas era conocido por su participación en algunos partidos no oficiales del Barcelona, y aún no había debutado oficialmente ni vivido el icónico abrazo con Ronaldinho. En la actualidad, el futuro del Barcelona parece estar en buenas manos, siempre y cuando el joven evite las lesiones porque en esta etapa de transición en cuanto a juego, estilo y filosofía, el club necesita un emblema y una esencia estratégica que brinde opciones para jugar bien y ganar títulos. Sin embargo, ¿dependerá todo de los jóvenes?
En el verano de 2005 el mundo del fútbol descubría a Leo Messi. Con tan sólo 18 años ante la Juventus en el trofeo Joan Gamper, ofrecía un recital de fútbol que ya invitaba a imaginar un futuro como el que ha tenido. Fabio Capello en aquel día, vaticinó que estábamos ante «algo grande», no se equivocó, estábamos ante el mejor futbolista de la historia.