Por Julio Rafael Mendoza Cronista Oficial del Municipio Unda – Estado Portuguesa.
Esta bucólica población tendida sobre la Mesopotamia que forman el Río negro y Chabasquencito ha sido durante décadas refugio de agricultores provenientes la mayoría desde el vecino estado Lara.
Aquel chabasquen de 1950 que estaba formado o conformado por la «Calle Comercio» desde la entrada frente a la familia Garmedia hasta la esquina de «Mano Chencho» Marquez, donde había los grandes negocios, tiendas mixtas que expendían víveres, frutos, mercancías secas, machetes, aperos de carga y silla para el arreo de caballos que formaba el medio de transporte predilecto.
Seguía el pueblo con la avenida Sucre, entre las calles Bolívar, Rondon, Ricuatuer y Arismedi. Subía hasta el lugar donde hoy se ubica la estación de servicios Porlamar y por ahí en línea recta se prolongaba la Avenida Sucre, por un camino de lecuas que conducia hacia Palmarito-Santa Clara-Córdoba-El Silencio y Santa Lucía. La plaza Bolívar no existía, apenas era (Según nos apunta el recuerdo de Doña Carmen López, mi abuela materna) Apenas era un babosal y en el centro sin cerca estaba un pequeño busto del libertador. El cual si lo relatara el cronista Gilberto Gallegos (Cronista de Píritu) Estuvo ubicado hasta llegar en su periplo final a Chabasquén y, todavía se conserva en la parroquia Córodoba. Las viviendas estaban comenzando a reconstruirse por el devastador terremoto que azotó El Tocuyo, Los Humocaros, Guárico y San Antonio. Para este tiempo el gobierno nacional comenzó a construir unas «Barracas» pequeñas, donde fueron ubicados los damnificados. La Iglesia fue ubicada en una Barraca de Zinc en terrenos que ocupaba Edmundo Cordero Hijo. Y la escuela Francisco de la Hoz Berrio que funcionaba en la casa de Don Ramón Isea se trasladó a una improvisada Rancha de Zinc al frente de la antigua escuela, en la esquina de la calle comercio con la avenida 24 de Julio. Diez Años después don Rafael Perez «El Chimoero» construyó una moderna edificación que todavía sirve de morada a la familia de Jacinto Moreno. Tras el terremoto se inicio un proceso de repoblación y los habitantes se quedaron para siempre en el terruño y en el corazón del paraíso de Chabasquén.
En la década del cuarenta al sesenta se establece Benito Valero y Carlos Vargas comerciantes venidos de Humocaro Alto para sustituir a los Hermanos Pérez López que se marcharon después del sismo. de Quibor llegaron Braulio Sivira y las hermanas Zerpa; de Trujillo Isidro Arroyo, de Lara también llegaron entre otros, Tomás Alvarado Doña Ofelia, Don Miguel Ángel García, Edmundo Cordero y su esposa Zenaida Alvarado, de Anzóategui edo. Lara Don Ventura Ramos y sus hijos. Los Negocios grandes los tenían Don Ángel Páez, Natividad Torres, Braulio Sivira y Don Ventura Ramos. Para ese tiempo Dario Duarte Páez trasladó su bomba de Gasolina desde Casas de Tablas hasta El Puente, y en el caserío la Recta, la estación de servicio, el señor Gutierrez inicia sus labores. La Economía seguía siendo el café y el comercio seguía desde Chabasquén hasta el tocuyo y Barquisimeto, siendo la línea «Moran» El emporio de transporte con sus autobuses Ford Llorones y Lentos. Y de esta época la memoria del tiempo nos asoma los nombres de Coyantes, el Cachete Jimenez, Artigas, Antonio Arraiz y José Arguello con su famosa camioneta Copetran, el cual se convirtió en el primer Chabasquenense que compitió con la Línea «Moran». Para el transporte rural los que tenían carro eran Ángel Mendoza Línares, Ángel Páez, Casildo Torrealba con su famosa Power y el Cachislato Guillermito Pérez que se transformó en el Chófer favorito de Ángel Mendoza. Los Chamos «Galanes» de aquél tiempo estaban Alejandro Jóel y José Garmendia «Manigueta», Alirio Cordero y su hermano Pablo, Casildo Torrealba, los hermanos Rodriguez y el más peligroso de todos Benjamín Montilla. Estos Galanes aparecían después de la Serenata, rasguñados y con las camisas rotas por pasar de una cuerda de alambre. Se quedan en esta nota muchos personajes, todo por razones de espacio, pero lo importante es decir, que así eran las cosas del Chabasquén de los años 50.