Tras un largo período de verano, las lluvias inesperadas que cayeron hace varias semanas han traído un aire de esperanza a los caficultores de Sucre.
«Las matas ya estaban empezando a sufrir por la falta de agua«, comentó un caficultor local. «La lluvia llegó justo a tiempo para revitalizarlas y dar inicio a la floración«.
La floración es una etapa crucial en el desarrollo del café, ya que determina el tamaño y la calidad de la cosecha. El hecho de que haya comenzado de manera uniforme en todas las vegas es una señal positiva para los productores, quienes esperan obtener una buena cosecha este año.
El regreso del verano también es beneficioso para las cafetales, ya que ayuda a controlar las plagas y enfermedades. Las nuevas plantas, por su parte, se están adaptando bien al clima, lo que augura un futuro prometedor para el sector caficultor de Sucre.
Los caficultores de la región tienen la esperanza de que, con estos cambios climáticos, Dios mediante, se obtenga una cosecha extraordinaria, similar a la que ocurrió hace más de quince años, cuando se alcanzó una producción de más de 300 mil quintales, ubicando a Sucre como el segundo productor del país detrás del municipio Rubio del estado Táchira.
Sin embargo, son conscientes de que aún hay muchos desafíos por delante, como las fluctuaciones del precio del café, la falta de acceso a crédito y la competencia de otros países productores.
A pesar de las dificultades, los caficultores de Sucre están trabajando duro para mejorar la calidad de su producto y aumentar su producción.