La advertencia la hizo el caficultor Luis Toro Mejías, residente de la zona
Por Leonardo Arriaga G., Cronista municipal.
Luis Toro Mejías es uno de esos hombres persistentes, porfiados, como se dice en criollo, que logran superar situaciones difíciles. Ha incursionado en la ganadería, la industria porcina y la piscicultura, pero su fuerte es la caficultura, actividad a la que se ha dedicado con empeño en los últimos diez años. Reside en El Rodeo con su esposa y sus cinco hijos, y nos habla del cambio climático como el principal causante de los problemas que enfrenta el sector agrícola.
Al hacer un balance de los daños ocurridos el pasado 16 de agosto, nos dice que lo primero que hay que resaltar es el trabajo de auxilio realizado por la comunidad en ese momento. Fueron unas 600 personas que, en conjunto, lograron despejar la vía en la primera semana. Se lograron sacar 9,000 sacos de tierra; como muestra de la magnitud del esfuerzo, se contabilizó el consumo de 26 bultos de espagueti, 15 cajas de sardinas, 17 cajas de refresco, 9 rollos de cabuya y otros productos.
Debemos agradecer, sin mezquindades, el aporte de maquinaria por parte de la Gobernación y la Alcaldía. Sin embargo, se requiere de un apoyo permanente para normalizar parcialmente la situación. Aún persiste el peligro de derrumbe, especialmente en las zonas de La Esperanza y Bucaral. Se necesita una especie de dique para contener las inundaciones, que son una amenaza constante.
LA ZAFRA DE CAFÉ DISMINUIDA
El sector agrícola se enfrenta día a día a los efectos del cambio climático. La calidad y cantidad de la producción han disminuido; el sol, muy fuerte, seca el grano, y el peso también ha bajado. En años anteriores, con 16 latas se llenaba un saco, pero ahora se requieren 20 latas para lo mismo. Lo mismo ocurre con el costo de producción del quintal, que está en torno a los 210 dólares, mientras que el precio en el mercado fluctúa en 165 dólares, lo que marca una diferencia notable.
SON LAS REDES, NO LOS TRANSFORMADORES
Nuestro entrevistado también habla del problema eléctrico y señala que la causa principal es el mantenimiento deficiente de las redes, no los transformadores, que se queman en un tiempo récord. Sabemos del esfuerzo oficial por reemplazar estos aparatos, pero, lamentablemente, no es suficiente.